La mente de una persona es muy lábil a eventos traumáticos físicos y psicológicos que a cualquiera de nosotros se nos pueden presentar durante nuestra vida. En mi práctica clínica he tenido si se puede decir, la fortuna e infortunio de encontrarme con dos paciente que, el primero sufrió heridas físicas que lo llevaron a desarrollar enfermedades mentales, y la segunda presento un evento en su vida tan traumático que la llevo a este mismo fin.
Estos casos son muy interesantes pues muchas veces, nos enfocamos en las enfermedades médicas y dejamos a un lado la salud mental de las personas. Además, también caemos en error de subestimar el impacto que tiene un evento traumático en la vida de una persona, con una vida previa totalmente normal, que de ahí en adelante probablemente no va a ser la misma.
El primer caso es un hombre que por casualidades de la vida, recibió varios impactos por arma de fuego de manera accidental que lo llevaron al borde de la muerte. Él era una persona totalmente normal, con planes a futuro, cuando ocurre este evento tras hospitalización prolongadas y múltiples cirugías, empiezan en el las ideas de desesperanza, que va a quedar lisiado sirviendo para nada, que su vida se acabó tras el suceso pues uno de los impactos le afecto su miembro inferior derecho. Claramente entra en un síndrome depresivo que curso con delirium previo y no puede dormir pues en cada sueño se presentan recuerdo y pesadillas del momento, aparte que no quiere continuar viviendo y piensa en la muerta como única salida.
Con este muy corto resumen de lo que fue este paciente, quiero que a todos les quede una de las múltiples enseñanzas que este paciente me dejo. El paciente no es solo lo físico, no sirve de nada cerrar heridas, estabilizar pacientes y llevar a una mejoría si no se tiene en cuenta la parte mental. El paciente debe ser evaluado integralmente, este paciente si no le es escuchado puede llegar hasta el punto de quitarse la vida y de nada habría servido todo el esfuerzo realizado. Solamente ayudándolo a dormir bien, escuchándolo, aconsejándolo y explicándole que su vida no acabo y que tiene muchas cosas por las cuales vivir este paciente va a mejorar más rápido y no va a seguir pensando en la muerte como una opción.
La segunda paciente fue una mujer que después de una cena con su novio de hace mucho tiempo con el cual tenia planes a futuro, es víctima de un atentado, resultado del cual su novio es asesinado. Cualquier persona puede pensar que curar enfermedades de un paciente es el acto medico mas importante, pero después de haber visto la tristeza tan grande que le trae a esta mujer el hecho de haber perdido a su novio esta opinión pudiera cambiar su curso. El solo hecho de recordar la experiencia vivida la hacia entrar en un estado depresivo, sin ganas de vivir y como el paciente anterior que la muerte es la única opción. De nuevo vemos como el impacto emocional de un evento adverso es en estos casos mas importante que el acto medico-quirurgico y que las heridas mentales son igual o mas importantes como en el caso dos que las heridas físicas.
Creo que he sido muy claro en mi objetivo de comentarles estos dos casos, espero que les sea de mucha ayuda y logren sacar la mejor reflexión de esta experiencia. Esto hace parte de las bases de la psiquiatría.
Eduardo: veo que tiene facilidad para escribir y expresarse. Sigalo haciendo para beneficio suyo y de sus pacientes y lectores.
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